EUROPA PRESS
10 noviembre 2011
El estado nutricional
es uno de los factores de riesgo de discapacidad más importantes en las
personas mayores
El estado nutricional es uno de los factores de riesgo de
discapacidad más importantes en la tercera edad, según la Fundación Edad&Vida, que ha elaborado un estudio sobre las
prácticas de alimentación y nutrición de las personas mayores
institucionalizadas, porque considera necesario establecer y desarrollar las
bases o principios fundamentales para garantizar una nutrición y alimentación
que se adapte a sus necesidades.
El
estudio, que se ha presentado este jueves en un acto inaugurado por
Purificación Causapié, directora general del IMSERSO, del Ministerio de Sanidad, Política Social e
Igualdad y clausurado por Antonio
Alemany, director general de Atención Primaria del Servicio Madrileño de Salud
de la Comunidad de Madrid, se ha dividido en tres partes.
La
primera de ellas consiste en un análisis de las causas y efectos de la
desnutrición en las personas mayores y concluye destacando la importancia de la
visión integral de todos los factores que influyen en la alimentación y
nutrición.
Para
la realización de la segunda parte se ha contado con la participación de 46
centros con una capacidad total de 4.500 residentes, distribuidos en 12
comunidades autónomas, con el objetivo de estudiar de forma exhaustiva las
prácticas de alimentación y nutrición en centros residenciales para personas
mayores.
Los
resultados indican que en el 93,5 por ciento de los centros se lleva a cabo una
valoración nutricional al ingreso de la persona mayor y que en un 97,9 por
ciento de las residencias se identifican sus intolerancias, aversiones y
hábitos alimentarios.
Asimismo,
más del 97 por ciento dispone de personal especializado como médicos o
dietistas. Las prácticas de identificación de problemas que dificultan la
ingesta, la adaptación a las necesidades dietéticas del comensal, la
planificación de menús nutricionalmente equilibrados
y variados y el seguimiento de la satisfacción de los residentes tienen lugar
de forma generalizada.
Además,
se ha comprobado el establecimiento de procedimientos y protocolos de actuación
y se ha comprobado que muchos centros toman como referencia guías y
recomendaciones, por lo que la Fundación Edad&Vida
ha concluido que la calidad de la alimentación y nutrición en las residencias
analizadas está cuidada y controlada y ha recomendado la adopción de protocolos
estandarizados para el manejo nutricional de los residentes según el grado de
dependencia y patologías subyacentes.
Por
último, en la tercera y última parte del estudio, se ha contado con una muestra
de 1.475 residentes en 46 centros de 12 comunidades autónomas con el ánimo de
comprobar si los mayores institucionalizados presentan un buen estado nutricional.
Los
datos resultantes han indicado que más de un 80 por ciento de los residentes
analizados son de edad avanzada (mayores de 75 años), con una elevada
incidencia de deterioro cognitivo (75,7%) y un alto grado de dependencia (37%).
Ante estas cifras, la fundación ha insistido en la necesidad de tomar medidas
para facilitar el acceso de los residentes al suministro de soportes
nutricionales adecuados, dificultado por
complicados trámites administrativos y burocráticos, y ha hecho un llamamiento
para que la Administración Pública elabore y garantice el cumplimiento de
normativas para la correcta nutrición de las personas institucionalizadas.
La Fundación Edad&Vida
añade una serie de recomendaciones
Aparte
de presentar los resultados de este estudio, la fundación ha elaborado una
serie de recomendaciones que persiguen que tanto las prácticas y hábitos de
alimentación como la valoración del estado nutricional se conviertan en dos
aspectos fundamentales a valorar en los centros residenciales.
Estos
consejos se centran en recalcar que la visión integral de la persona mayor,
considerando todos los factores que influyen en su nutrición y alimentación, es
fundamental para elaborar la planificación nutricional de los residentes, así
como la constatación del grado y nivel de dependencia, así como las patologías
asociadas.
Destaca,
igualmente, el componente sanitario de la atención a las personas mayores en
los centros residenciales y plantea el establecimiento de un módulo sanitario
en la financiación de la atención a las personas mayores en situación de
dependencia.
La
fundación considera también de mucha importancia las medidas que faciliten el
suministro del soporte nutricional oral o por sonda y que las normativas que se
desarrollan para regular el uso de estos productos tengan en cuenta las
características especiales de este grupo de población, y sobre todo de las
personas con demencia.
Por
último, la Fundación Edad&Vida ha otorgado un
importante papel a las políticas de prevención y al fomento de los hábitos
saludables en la alimentación del conjunto de la población.